jueves, 11 de junio de 2015

Ruido




Tenía razón Sabina: hay mucho, mucho ruido en esta sociedad. Demasiado ruido. En los ambientes abiertos a veces el ruido es ensordecedor. En los espacios pequeños resulta a menudo insoportable. En nuestro propio interior nos atolondramos con demasiada frecuencia. El silencio huyó despavorido hace tiempo. El diálogo se hizo moneda de coleccionistas ante las prisas, los monólogos, la necesidad de hablar y la rareza de escuchar. Con ruido no se puede hacer nada serio, ni pensar ni hablar ni crear. Todos los males evitables entran en la vida haciendo ruido. Necesito un mundo de silencios, de pausas, de gestos, de manos, de miradas, de sonrisas, de caricias, de abrazos, de escritos breves, de susurros, de contemplación. Quizás sea un mundo raro, como yo, que cada día creo que soy más raro, afortunada y desgraciadamente. Buenas noches. Besos y abrazos y silencio.

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