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sábado, 23 de julio de 2022

Bar




Me gustaría ver un bar que se llamara “La buena educación” y que añadiera “Absténganse los maleducados”. O, mejor, para que lo entendieran, “Prohibida la entrada a los maleducados. Se les echa”. Necesitarían una subvención, claro.

martes, 7 de mayo de 2019

Buenas noches. Educación




La mala educación no tiene edad, ni sexo, ni condición social, ni estatus económico, ni nacionalidad. 

La buena educación, tampoco. 

Buenas noches.

jueves, 7 de abril de 2016

Buenas noches. La buena educación



El sentido de la buena educación es el de que todos los ciudadanos y todas las ciudadanas podamos vivir una vida humana, sin que se moleste a nadie y respetando los derechos de todas las personas.

La buena educación suele tener poco que ver con tradiciones repetidas mecánicamente sin que se sepa por qué se repiten, ni con costumbres establecidas desde hace tiempo que favorecen a unos a costa de otros.

La buena educación siempre tiene un componente personal, que autoobliga individualmente a cada ciudadano, y otro componente social, que favorece a la colectividad.

La buena educación debe estar enraizada en la razón, no en el capricho ni en el interés individual, ni en las costumbres no criticadas. Debe ser fruto de una reflexión que parta de un sentido limpio y noble de lo humano y que vaya dirigida al bien de la colectividad.

La buena educación debe ofrecer siempre una justificación racional de cualquier norma que se ofrezca en su nombre. 

Buenas noches.


domingo, 2 de agosto de 2015

Buenas noches. La buena educación




La buena educación tiene un componente social que consiste en adquirir buenas costumbres, justificadas racionalmente, para poder desarrollar una convivencia humana con los demás. Pero tiene también un componente musical, y otro literario, y otro de aprender a subsistir autónomamente, y otro de cuidado físico del cuerpo, y otro de higiene y tantos y tantos otros. Casi todos estos componentes se están perdiendo para la mayoría de los ciudadanos, especialmente los jóvenes. Sólo quedan restos de valor incalculable. 

Buenas noches.

viernes, 24 de julio de 2015

Buenas noches. Educar




Educar bien a una persona no consiste en, sin más, decirle lo que tiene que hacer. Se trata de crearle el hábito, la costumbre de actuar correctamente. Y tampoco basta con esto. Somos seres racionales y eso quiere decir que podemos y debemos entender lo que hacemos y por qué lo hacemos. Si no le explicamos a quien educamos el porqué debe actuar así, actuará como un autómata y es posible que opte pronto por hacer lo que le apetezca, en lugar de hacer lo que debe. No es nada sencillo educar. Buenas noches.

viernes, 23 de mayo de 2014

Buenas noches. ¿Normas de educación machistas?





¿Tú crees que las llamadas normas de buena educación suelen ser machistas? Por ejemplo, ¿por qué hacen pasar por una puerta primero a las mujeres? Desde luego, en la Edad Media lo hacían por si había algún peligro más allá de la puerta, para que lo sufriera la mujer y no el hombre. ¿Por qué un hombre ha de quitarse el sombrero en un lugar cerrado y la mujer, no? No es sano para el pelo estar en un lugar cálido con la cabeza cubierta, pero para la mujer parece que sólo vale la estética. ¿Por qué es prácticamente obligatorio que una mujer tenga que ir bella por la vida y, en cambio, no lo es para el hombre? ¿Por qué eso de cederle el asiento a las señoras? ¿Se las considera más débiles, quizás? Piénsalo. Buenas noches.

lunes, 8 de agosto de 2011

En voz alta




Hay un tipo muy molesto de personas que sienten la ineludible necesidad de decir en voz altísima todas las tonterías que tienen en la cabeza.

Además de las leyes de la mecánica, de los diversos tipos de sintagmas, o en lugar de los mandamientos de la ley de Dios o del pensamiento de Wittgenstein, se debería enseñar en las escuelas que hablar en voz alta cuando se está en público no es un comportamiento recomendable porque puede molestar a los demás.


miércoles, 12 de enero de 2011

El porqué


La cultura de una persona se mide, en mi opinión, sobre todo, por la justificación racional que le da a sus actuaciones. Como ya han dicho muchos, el ser humano no tiene naturaleza, sino cultura. El perro actúa como perro porque así está en su naturaleza, pero el hombre no tiene casi nada en su naturaleza que le obligue a actuar de una manera determinada. El ser humano tiene que elegir su actuación y tiene que hacerlo con un criterio en donde lo racional sea una dimensión importante, posiblemente, la que más. No tiene sentido que un ser humano se limite a repetir normas que ha visto en su sociedad, pero que no entiende ni sabe por qué debe hacerlo. Eso es ser un autómata, pero no un ser humano. Lamentablemente, todavía hay muchísimas personas que hablan de buena educación, pero sin que comprendan por qué son de buena educación las normas a las que se refieren. Por ejemplo, entran en un local cerrado y se descubren la cabeza (los hombres), pero no saben por qué. Creen que es de buena educación dejar pasar antes a las mujeres en una puerta, pero no saben de dónde viene eso. Saludan dando la mano, pero no conocen lo que eso simboliza. Puede que, si ha habido suerte, alguien les haya dicho que no se puede comer en clase, pero no entienden la razón para actuar de esa manera. Y así, en el mejor de los casos, confunden las normas de buena educación con una especie de caprichos u ocurrencias de alguien, que hay que repetir para no quedar mal.

Eso en el mejor de los casos, porque en el peor nos encontramos con una ingente cantidad de jóvenes que no tienen ni noción de que en la vida social existen normas, que conviene cumplirlas y que hay valores, como el respeto, la igualdad o la no discriminación, sin los cuales una vida humana es imposible. Descubrirles estas normas, convencerles de que hay que cumplirlas y explicarles el porqué de ellas es una de las misiones más importantes de la educación. La Educación para la Ciudadanía y la Ética cívica son asignaturas claves para desarrollar esta formación de los seres humanos como tales, junto con la labor de los padres y las madres en casa. Pero las asignaturas están condenadas por los gobiernos de derechas, que no quieren ciudadanos críticos, que se pregunten el porqué de lo que hay, y las reducen a su mínima expresión. Hasta los alumnos, en cuanto ven de qué va el asunto, piden más horas. Y lo segundo, los padres, hace mucho que abdicaron de su labor de padres y se dedicaron a ver la televisión. Así no vamos a ninguna parte sensata.