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martes, 13 de abril de 2021

miércoles, 3 de julio de 2019

Buenas noches. Ganar




En la ciudad gana el más razonable. En la jungla, el más bruto. 

Buenas noches.


sábado, 9 de marzo de 2019

Buenos días. Ciudad




Tiene que ser una ciudad, no una selva ni un desierto. 

Buenos días.


viernes, 13 de abril de 2018

Buenos días. Vencer




No intentes vencer siempre. No estamos en la selva. 

Buenos días.


miércoles, 6 de septiembre de 2017

Buenas noches. Normal



Tiene que quedarnos a todos bien claro que casi nada de lo que ocurre en España es normal. Nos están acostumbrando a aceptar las mentiras como si se tratase de la cotidiana salida del Sol. Estamos aceptando la explotación brutal y descarada con la misma naturalidad que admitimos que si soltamos una manzana, se cae. Nos van quitando cada vez más derechos y libertades y lo encajamos como quien oye llover. Tragamos las maniobras de los codiciosos, que quieren acaparar dinero como sea, y nos parece tan natural como que haga calor en verano. Nos están embruteciendo, nos están deshumanizando y, sin embargo, le damos mucha más importancia a lo que hagan el fin de semana el Real Madrid o el Barça. Cualquier día nos mandan al otro mundo, por una paliza o por una falta de servicios indispensables, y diremos algo así como que a alguno le tenía que tocar. Intentan cargarse la cultura, el sentido crítico y la educación y, mientras, nosotros andamos pendientes de lo que le pueda ocurrir a algún mindundi famoso. Han logrado que no nos demos cuenta ni de nuestra falta de conciencia de donde estamos ni de la dignidad que tenemos. Están triunfando y, de paso, se están forrando. No lo siento tanto por mí, que también, ni por la multitud de salvajes con la que me cruzo todos los días, sino por esa juventud que abarrota este mundo cada día más invivible y que posiblemente -ojalá esto no sea así- no haya visto en público lo que es una vida que pueda llamarse humana ni creo que tenga, a este paso, muchas posibilidades de verla. Me dan pena. Y me dan rabia, una enorme rabia y una tremenda repulsión, los ricos y los gobernantes que les obedecen, que nos han llevado a esta situación. Ya va siendo tarde para que reaccionemos ante el cambio climático, negado por ese impresentable de Trump y por multitud de ignorantes, adinerados o no, como él. No sé si será también tarde para que reaccionemos ante todas estas maniobras de embrutecimiento, de inconsciencia, de ignorancia, de desidia, de deshumanización y de marcha acelerada hacia la selva. 

Buenas noches.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Buenas noches. Creencias



Aquí sobreviviendo,
creyéndome que la selva es una ciudad, 
creyéndome que los salvajes son ciudadanos 
y creyéndome que yo soy mejor que ellos. 

¡Qué haríamos sin algunas creencias! 

Buenas noches.


martes, 15 de septiembre de 2015

Buenas noches. La cita




Tenía cita a las 13:00. Me tocaba ya. Llegó una pareja y se sentó detrás de mí a esperar su turno. Una empleada les preguntó que a qué hora tenían su cita. Uno de ellos les contestó que a las 13:00. Le pidió el DNI y comprobó la lista de espera. Le dijo que la cita la tenía a las 13:10, a continuación de la mía. Se alejó la empleada y el que habló le comentó a su pareja: “Mentí, a ver si colaba, pero no coló”. Lo dijo con una enorme naturalidad, con frialdad, como si estuviera acostumbrado a hacerlo, sin importarle que yo, su posible víctima, oyera que había intentado colarse delante de mí. Parecía estar en la selva. 

Buenas noches.

lunes, 6 de octubre de 2014

.Buenas noches. Mundos




Dos mundos. La selva, llena de animales de todo tipo, y la ciudad, llena de animales de todo tipo. Luego, está el tercer mundo, que lo forman los de siempre, los pobres de todo tipo. 

Buenas noches.

martes, 8 de octubre de 2013

Buenas noches. Cada vez, menos





Muchas cosas han sido inventadas y las han echado al mercado para que las consumamos, sin comprobar antes si hacían daño o no. Acuérdate del PVC, del aluminio, de los gases que producen los combustibles orgánicos, etc. A muchas personas las han traído a un mundo en el que no pueden sobrevivir. La lascivia masculina fue, en el fondo, el único criterio. A otras muchas no les han dicho nada desde que llegaron y andan por aquí perdidas, molestando, haciendo daño y haciéndose daño. A otras les dijeron que eran los únicos importantes, que a los demás seres se les podía utilizar, explotar y hasta esclavizar, sin que pasara nada y que no olvidaran que todo valía mientras hubiera beneficios. A otros les metieron pronto el miedo en el cuerpo y les hicieron creer que había que poner la meta en el más allá, que era lo importante.

En medio de esta extraña selva, quedamos unos pocos. Creo que cada vez, menos. Buenas noches.

martes, 1 de enero de 2013

viernes, 23 de noviembre de 2012

Mirando por la ventana. La selva




En la selva el animal más débil sucumbe y muere antes que el fuerte. Pero en la ciudad, en donde no hay animales, sino seres humanos, los más débiles deberían ser protegidos y cuidados para que sus carencias no fueran un impedimento para sus vidas. Esto es lo que normalmente se pretende que ocurra, salvo cuando gobiernan los neoliberales. Entonces la ciudad se convierte otra vez en una selva.

martes, 31 de enero de 2012

La selva y el mundo.



Para mi amiga P.

La elegancia es un arte, una creación humana, una invención vital personal. La elegancia tiene sentido en el mundo, no en la selva. Ni el fuerte ni el débil entienden la elegancia. Para ser elegante hace falta toda una vida o, quizás, más, pero en todo ese tiempo puede que sea imposible que otros comprendan en qué puede consistir la elegancia. La elegancia no busca vencer, sino sólo ser de una determinada manera. En la selva esta actitud se desprecia. En la selva sólo valen los bíceps masculinos y las formas femeninas. En la selva domina el vacío, que lo llena todo. En el mundo domina el deseo y el intento de llenarlo todo de humanidad. El mundo hay que construirlo despacio, con la firmeza suave de los argumentos y sin la fuerza bruta de la desigualdad, de la discriminación. No hay que perder la calma, porque eso es volver a la selva. De la misma manera que no le ocurriría a nadie hacer la guerra en el mundo, tampoco se puede ir a la selva a convencer a sus habitantes. Se trata de ser y de dejarse ver. El árbol ya crecerá cuando le llegue su momento. La elegancia no es compatible ni con la fuerza ni con la velocidad. Cualquier parte de la realidad es una selva sobre la que llueven gotas de mundo.